Chapter Text
Marcos estaba intentando no gruñir al ver como su omega bailaba con la música de Jonas Brothers. Había sido un buen día, había ido al colegio de su hijo menor acompañado de sus tres hijos para hablar con el asqueroso beta que estaba pegado a su omega.
Había salido bien.
* * *
—¿Tenés idea de quién soy yo? — Había cuestionado el alfa de ojos verdes, sus cejas fruncidas y el semblante serio. Sus dedos jugaban con uno de sus anillos mientras apretaba sutilmente los dientes. El porte superior y el aura dominante hacía que fuera casi asfixiante estar en aquella habitación. La pestilencia que dejaba salir el alfa mayor tenía al beta aturdido, sus piernas temblaban mientras se encogía en su propio cuerpo.
—S-señor Ginocchio — Comenzó con voz entrecortada.
—Exacto — Gruñó dando un paso hacía adelante —Ginocchio — Enfatizó su apellido, sintiéndose poderoso. —Conozco más gente de la que podrías llegar a conocer en tu deplorable vida ¿Entendés? Tengo contactos que ni tu pequeña mente podría pensar. Soy empresario, alfa y padre — Los ojos verdes se oscurecieron —Pero por sobre todo soy el destinado de mi pareja, soy quién se casó Agustín, quién vive con él. Soy su compañero y si hay algo que no toleraré jamás es que intenten acosar a mi compañero.
—Entien…
—No, no entendés — Marcos alzó su mirada llena de rabia. El color distorsionado lo hacía verse más animal que persona —No solo has molestado a mi cachorro, sino que también acosás a mi omega. ¿Sabés cuánto tiempo me demoraría en hacer una llamada y destruir tu vida?
El beta tragó saliva.
—Una llamada, profesor — El alfa dió otro paso más, usando su estatura para expulsar todo el poder de su casta, el beta gimió asustado con sus ojos llenos de lágrimas y Marcos resopló por la nariz —Una y no encontrarán tu cuerpo.
Se echó hacia atrás viendo a sus tres hijos mirarlo con ese destello de orgullo que lo hacía sentirse con el ego hinchado.
* * *
—Entonces le pedí amablemente que te dejara tranquilo o tendría que poner un reclamo en dirección en contra de él y eso, junto con los testimonios de los demás cachorros, podrían hacer que lo despidan — Terminó de mentir Marcos con una sonrisa inocente. Agustín tarareo en afirmación orgulloso de su alfa siendo tan racional.
—Me alegro que hayan solucionado todo de forma civilizada — Agustín alago a su alfa y este se irguió lleno de felicidad.
—Todo sea por vos, omega.
Agustín chilló cuando "Sucker" de Jonas Brothers comenzó a sonar en la radio. Dejando de lado el cuchillo comenzó a cantar bajito, moviendo su cabeza de un lado a otro.
Marcos bufó antes de apoyarse en la encimera. Por una muy extraña razón él odiaba esa canción.
Agustín lo miró por encima de su hombro y mordió su labio, sin dejar de moverse comenzó a acercarse a Marcos.
—Omega...
Apoyó su trasero justo en la pelvis del alfa y comenzó a moverse con delicadeza, movimientos sensuales y sutiles que demuestran a un Agustín bailar pegado al cuerpo de su alfa.
Se volteó sin dejar de moverse pasando sus manos sobre el pecho de Marcos.
Sus labios cerca del mayor.
—We go together. Better than birds of a feather, you and me. We change the weather, yeah. I'm feeling heat in December when you're 'round me... — Susurró la letra sobre los labios de Marcos, el aliento lo golpeó con intensidad y admitió la derrota cuando ajusto sus manos sobre la cintura de Agustín, alzándolo con rapidez y sentándolo en la parte superior del mueble.
Atacó los labios del menor con rapidez, apretando el cuerpo de Agustín hacía él y consiguiendo un gemidito de parte del omega. Su amado suspiró en medio del beso y ladeó su cuello para que el mayor comenzará a repartir besos sobre aquella zona sensible.
—Alfa — Agustín gimoteo cuando el ojiverde lo apretó, el bulto del alfa hizo una fricción que sacó un sonido ronco de este, mientras que el omega solo suspiró con su cuerpo caliente.
—Agus — Mordió el cuello con cuidado, sintiendo su pecho vibrar. El ruludo llevó sus manos debajo de la camisa del alfa, pasando sus uñas sutilmente cuando Marcos volvió a moverse contra él.
Gemidos y gruñidos se escuchaban por toda la cocina, el olor se hacía más espeso, la lujuria de los movimientos eran sincronizados.
Marcos metió su mano debajo de la polera para tocar la piel de su omega.
—¡NO NO NO! — El chillido horrorizado que sonó en toda la cocina los hizo sobresaltarse, ambos jadeando y con los labios hinchados.
Mateo estaba ahí, sus ojos muy abiertos, la boca en forma de "O" y una cajita de jugo en el suelo.
Nicolás y Lionel entraron como tornados al escuchar el grito del menor, dispuestos a matar y destrozar al intruso.
Se paralizaron.
—¡Papá! — Gruñó Mateo horrorizado —¡En la cocina no, acá está la comida! ¡Ugh!
Nicolás se ahogó mientras se reía de la situación viendo a su papi Agus intentar hacerse mucho más pequeñito de lo que era, tenía las mejillas sonrojadas y parecía como un pequeño niño pillado haciendo una travesura.
Mientras su padre parecía querer hacer la travesura.
Lo vió esconderse en el pecho de su papá.
—¡Boludo! — Silbó Nicolás solo para molestar —Si hubiera sido incomodo tener un nudo en la mesa.
Agustín casi se desmayó al escuchar a su hijo.
—¡Nicolás no digas esas cosas! — Lo regañó mucho más sonrojado, ahora parecía querer desaparecer mientras que su papá solo estaba sonriendo lleno de orgullo porque claramente era chistosa la situación, al menos para él.
—Aún estoy pequeñito para escucharlos hacer bebés — Mateo lloriqueó frustrado.
—Ya le hizo un bebé — Molestó a su hermano menor, el cual hizo arcadas —No es como si fuera a embarazarlo otra vez... ¿Cierto? — Se rió —¿Se imaginan luego son dos bebés?
Marcos los miro divertidos con un brillo juguetón y orgulloso en sus orbes dilatados.
Había olvidado que los niños estaban en la casa.
Ups.
—Oh dios, voy a vomitar — Mateo exclamó dramáticamente mientras se sujetaba de su hermano mayor —Mi inocencia — Suspiró rendido —Mi virginidad... ¡Mi pureza! ¡Mis ojos!
—Ay por Dios... Mateo vos jamás tuviste inocencia — Nicolás lo miró con una ceja alzada —Adem... ¿Lio? — Miró a su gemelo, quién estaba pálido al lado suyo.
Agustín miró a su hijo mayor quién miraba a Marcos con una expresión muy extraña.
El alfa llevo la mano a su pecho con el rostro indignado, las cejas alzadas y sus ojos verdes brillantes.
Parecía completamente lastimado, como si la realidad le hubiera golpeado en la cara con la palma abierta.
Abrió la boca indignado.
—Sos un pervertido — Gesticuló con voz chillona y ojos de cachorro perdido.
Y entonces Agustín se rió.
* * *
Todos estaban sentados cenando mientras Agustín hablaba sobre su idea. Lionel estaba encantado con el almuerzo que deseaba hacer su mamá después del partido, sin importar el resultado, el omega quería hacer un almuerzo para celebrar a su cachorro. Informó que había invitado a Lucas junto con Sebastián pero como su cachorra era aún pequeña lo mejor era que no fueran al partido pero si al almuerzo.
—Invitaré a Luciano — Informó Marcos con una sonrisa. El beta era su asistente y mejor amigo, además de que posiblemente sea familia porque su hermana estaba muy enamorada del pequeño rubio.
—Oh, seria genial si viene tía Mariana — Lionel sonrió.
—Le diré — Prometió Marcos.
—También podrías invitar a Bruno con Jeremías — Agustín sugirió —A Elías — Miró a Nicolás —Y a Mikeas junto con Camilo.
—Demasiados alfas — Gruñó Marcos haciendo una mueca de disgusto.
—Son los amigos de tus hijos — Protestó Agustín mirándolo con sus ojos entrecerrados.
—Elías es beta — Nicolás intercedió por su amigo mientras sonreía mirando a su padre de forma burlona.
—Jeremías también — Lionel habló comiendo carne.
—Luciano también es beta — Agustín apoyo a sus hijos.
—Luciano no cuenta — Marcos bufó
—Si porque se la está poniendo la tía Mariana — Mateo sonrió cuando Agustín se atragantó con el agua. Marcos lo miró mal y Lionel se rió.
—Así como yo se la pongo a su madre — Se burló el alfa de su hijo.
—¡Papá! — Los tres alfas gimieron asqueados
—¡Ay no! — Chilló Mateo —¡Sacalo de mi mente, sacalo de mi mente!
—¡No te lo imagines! — Le gruñó Lionel
—¡No lo controlo, papá pone esa imagen en mi cabeza!
—Es un acto hermoso — El omega miró a sus hijos con las mejillas sonrojadas —Así fueron concebidos.
—No es cierto — Lionel protestó con una mueca.
—Si, es cierto — Nicolás miró a su gemelo como si quisiera golpearlo —¿Acaso te perdiste las clases de biología?
—No es cierto, papi Agus le pidió a la cigüeña que nos trajera y así nacimos — Mateo miró al gemelo de ojos azules indignado.
—No es cierto — Volvió replicar Nicolás —Hubo un nud…
—¡CALLATE! — Gritaron Lionel y Mateo.
Nicolás se rió.
—Como sea, estoy seguro que Mariana estará encantanda de venir con Luciano — Marcos cambió el tema.
—Mariana es la mejor alfa — Alabó Agustín ganándose un gruñido de parte de los tres alfas de la mesa. Este solo rodó los ojos y suspiró.
Un par de segundos después el silencio fue cómodo en la mesa, sin embargo, el menor tenía que decir algo… Es decir, ayer no había podido hablar sobre la entrevista que le daría a Shawn Mendes porque había sucedido los inconvenientes con sus cachorros, sin embargo, el lunes tenían la entrevista y se subiría ese mismo día. Así que si, debía decirle porque no sería lindo que Marcos lo viera en las redes sociales.
—Entonces... — Comenzó con una pequeña sonrisa —¿Recuerdan el día que tuve que irme mas temprano porque mi jefa me necesitaba?
Los tres alfas asintieron con sus ojos puestos en el pequeño omega que jugaba con su tenedor.
—Pues... ¡Voy entrevistar a Shawn Mendes como reportero visible! — Chilló emocionado.
—¡¿Qué?! — Los tres alfas hablaron al mismo tiempo. Marcos miró estupefacto a su omega, quién sonreía ilusionado.
—¿No es genial? — Mordió su labio nervioso, con el brillito en sus ojos.
Y no, Marcos no debería estar celoso porque sabía que era trabajo, sin embargo, Shawn Mendes era el alfa platónico de su pequeño omega, suspiraba con ese artista y había que aceparlo.
Es un alfa guapo.
¿Cómo le decís a tu omega que es genial que vaya a entrevistar a su artista favorito?
Fácil, no le decís.
Lo amarrás a la cama para que no salga de la casa hasta el otro año.
Era un buen plan.
Marcos sonrió confiado.
—¿Vas a conocer al amor de tu vida? — Preguntó Mateo lleno de emoción.
Marcos apretó los puños, su hijo era un traidor.
—Ya conozco al amor de mi vida, cachorro — Agustín le guiñó a Marcos —Es tu padre.
El alfa infló su pecho orgulloso y cambió la estrategia.
—Me alegro que puedas conocer a tu artista favorito Agus, sos un excelente entrevistador, y esta es una gran oportunidad — Su alfa besó su mejilla y volteó a ver a sus hijos, quiénes tenía una expresión burlesca que le demostraba que ellos no le creían ninguna sola palabra.
—Ah y también a los Jonas Brothers — Chilló feliz —¡Conoceré a Nick Jonas!
Ah... mierda.
* * *
Mateo se acostó en medio del cuerpo de sus dos hermanos mayores y sintió como Lionel acariciaba su cabello con cariño.
Sonrió mientras ronroneaba, le gustaba pasar tiempo con los gemelos, ellos eran los mejores hermanos mayores, nunca se sintió excluido entre ellos y siempre lo apoyaron en todo, defendiéndolo y enseñándoles cada cosa que creían que el alfa menor debía saber.
—¿Estás nervioso por el partido? — Preguntó mirando a su hermano mayor.
El alfa negó mientras le guiñaba.
—Yo estuve nervioso en mi primer concierto.
—Eso está bien, tener nervios es normal — Nicolás le habló —No necesitan estar siempre confiados, pero sabés que sos genial y harás todo de maravilla.
—Gracias Nicolás — Suspiró —¿Entonces si un día mato a mi profesor de matemáticas lo haré genial escondiendo el cuerpo?
Nicolás se rió.
—No estoy fomentando el homicidio.
—Pero...
—Pero nada, no es necesario matarlo — Lionel le golpeó la nariz con su dedo —Podemos ir a su casa y lanzar huevos o destruir su auto.
—Exacto.
—¡¿Podemos?! — Los miró ilusionado.
—Claro que podemos, es decir, somos el trío Ginocchio, podemos hacer todo lo que queramos.
—¡¿Entonces podemos matar a alguien?!
—¡No!
—Aburridos — Bufó —¿Podemos dormir así hoy?
—Solo si prometés no matarnos — Nicolás le apretó el cachete derecho de su cara.
Mateo le lanzó un manotazo.
—Bien — Suspiró de manera exagerada —Tendré que matar al vecino, ayer le deseó bonito día a papi Agus y le miró las piernas.
Los dos gemelos gruñeron.
—Si, hay que matar al vecino — Dijeron ambos.
—Genial.
